Calentamos ron con unos 2 ó 3 granos de café, una corteza de limón y un sobre de azúcar y lo quemamos.
Una vez quemado lo colamos y ponemos en una taza pequeña (que previamente habremos calentado con agua caliente).
Ponemos una dosis de unos 7 g de café en el cacillo, y hacemos un café que vertemos sobre el ron quemado. Luego es al gusto del consumidor 1 ó 2 rondas, y ya estamos preparados para bajar trialeras.
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